Un libro muy divertido, dinámico y que no puedes dejar de leer. Los personajes son muy reales y cercanos, y en cada uno de ellos podemos ver algo nuestro, muy nuestro y personal. Al terminar de leerlo, suscitó en mi mente las siguientes preguntas (y más, que no comento aquí): ¿Existen el hombre o la mujer ideal? ¿Y si es así, cómo son? ¿Van variando en nuestra vida, conforme la vamos viviendo? ¿Existen hombres o mujeres ideales universales, o dependen de las diferentes ideologías y culturas? ¿Es lo mismo hombre o mujer ideal y alma gemela? ¿Sabes ya cómo es tu hombre o mujer ideal? En resumen: libro muy recomendado
¿Qué pasa si una pareja no tiene nada mas que el sexo en común, aunque éste sea muy bueno? Si aparece en tu vida un hombre que parece demasiado perfecto en todos los sentidos… ¿deberías desconfiar o abandonarte al vértigo? ¿qué es mejor, lo cotidiano conocido o la aventura por conocer? ¿dónde reside el amor, en la mente o en el corazón? En otro orden de cosas… ¿por qué el zumo de tres limones en ayunas es infinitamente mejor que una taza de café? ¿tiene la miel la capacidad de cambiar el color del iris? ¿cuales son las ventajas de ponerse una pinza para la ropa en el dedo pulgar?
«Mi hombre ideal» ahonda en éstas y otras cuestiones con ocurrente desparpajo y evidentes dosis de salacidad. Derrocha humor y ternura a partes iguales. De nuevo, José Ortega ha conseguido lo de siempre… engancharme a la lectura de su libro, por la historia también, pero sobre todo, por el estilo con el que impregna todas sus obras. Enhorabuena letrado. Lo ha vuelto usted a lograr… 🙂
Ana es exquisita, romántica, apasionada, le gusta Byron y le fascina la idealidad. Pepe es sencillo, algo taciturno, inseguro, le gusta el futbol y guarda una ajetreada vida en Facebook.
Una novela multidisciplinar que parece escrita en un arrebato de genialidad. Desternillante, disparatada, atrevida y tierna.
José Ortega te hace reír a carcajadas sin perder un ápice de su magistral uso de las palabras. Cuenta la historia como solo él sabe hacerlo. Unos diálogos audaces y chispeantes que hacen imposible parar de leer. Y entre carcajada y carcajada, unos retazos profundos y tiernos que te dejan un evidente mensaje.
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